El uso de diferentes utensilios para cubrirse del sol o de la lluvia existe desde el principio de los tiempos. Se sabe que los antiguos egipcios usaban parasoles de diversas formas, y también lo hacían los asirios. Sin embargo, la invención del paraguas es atribuida a los chinos: ellos fueron ellos quienes crearon un instrumento similar al que utilizamos actualmente.
Se cree que el paraguas tiene unos 2.400 años y fue inventado en China. Según una leyenda, Lu Mei -una joven que retó a su hermano a construir algo que les protegiese de la lluvia- ideó un bastón del que pendían 32 varillas de bambú cubiertas de tela.
De allí pasó a Egipto y Grecia, donde el paraguas fue usado como sombrilla. Tras la caída del Imperio Romano, desapareció hasta finales del siglo XV, cuando resurgió en Francia como objeto de lujo. En Europa ya se utilizaban diversos útiles para cubrirse del sol; aunque el concepto de sujetar algo sobre la cabeza para no mojarse era desconocido. Además, los europeos, tenían la idea de que el parasol -y el paraguas se parecía mucho- era un instrumento exclusivo para mujeres. Finalmente, fue en el siglo XVIII cuando, ya en toda Europa, el paraguas fue considerado un objeto cotidiano.
En 1823, el químico escocés Charles Macintosh presentó el primer paraguas impermeable, hecho que supuso un gran avance en la historia del antiquísimo utensilio aunque desprendía un desagradable olor a gaucho.
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