¡Bienvenidos a mi marquesado!

Aristócrata de barrio y grande de España aunque en mi casa no lo saben. Terrateniente de todo lo que puedas ver con los ojos cerrados.

Este es mi rinconcito en la red en el que muestro algunas de mis ocurrencias y mis excentricidades.

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martes, 31 de mayo de 2016

La absurdez del voto por correo


Hoy he ido a solicitar el voto por correo y me he quedado un poco boquiabierto con los pasos burocraticos que hay que dar para poder ejercer el derecho al voto en la distancia.


  1. Tienes que ir personalmente a la oficina de correo que prefieras y solicitarlo mediante un formulario. En él debes indicar tus datos personales que debes repetir en otras dos ocasiones mas al rellenar el papelito del correos y el remite de un sobre. Este paso entiendo que tenga que ser personal y necesite la firma, aunque hoy en día existen medios electrónicos para poder solicitar el voto y que te llegue el formulario a tu casa y evitarte este desplazamiento.
  2. Te llega a tu casa una carta certificada con las papeletas, los sobres y las instrucciones de entrega. Lo peor que el correo debes recogerlo únicamente el titular de la solicitud y no cualquier persona que se acredite. Osea, que aquellos que aun tenemos la suerte de trabajar, tendremos que darnos un segundo paseo a la oficina de correos para recoger el sobre que únicamente contiene las papeletas de los partidos políticos.
  3. Pero lo realmente grave es que para finalizar el tramite se debe ir nuevamente a la oficina de correos a depositar el voto. Pero esta vez, por ilógico que parezca, no es un tramite personal, sino que puede llevarlo cualquier persona en la que delegues. Osea que, aunque yo confie en esa persona, esa persona puede cambiar mi voto al no ser que el sobre vaya herméticamente cerrado. Incluso la misma funcionaria reconoce lo retorcido del tramite.
En fin, que son tres visitas a la oficina de correos de las cuales las dos primeras no sería necesario si se implementaran los medios telemáticos y la entrega correcta, y en la que la última es un poco fraude (véase el caso de ancianos, religiosas, incapacitados o gente muy confiada). 
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